El jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, Yevgueni Prigozhin, que lidera una rebelión armada contra la cúpula militar rusa, anunció este sábado que sus combatientes regresarán a sus bases tras acercarse a 200 kilómetros de Moscú, para evitar un derramamiento de sangre.
«Ha llegado el momento de que se puede derramar sangre. Por eso, comprendiendo toda la responsabilidad de que se derrame sangre rusa por una de las partes, nuestras columnas dan media vuelta y regresamos a nuestras bases de acuerdo al plan», afirmó.
Prigozhin, aceptó detener su marcha hacia Moscú e iniciar negociaciones para reducir las tensiones tras una mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
Ante esto, el presidente ruso, Vladimir Putin, dio las gracias a su par bielorruso, Alexander Lukashenko, por su mediación ante el jefe del grupo Wagner.