El jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner declarado en rebeldía contra el Ministerio de Defensa ruso, Yevgueni Prigozhin, afirmó hoy tener bajo control el Estado Mayor de las fuerzas rusas en la ciudad de Rostov, en el sur del país.
Por su parte, el presidente Vladimir Putin prometió este sábado castigar la “traición” del jefe del grupo paramilitar Wagner, cuya rebelión contra el mando militar ruso significa una “amenaza mortal” y el riesgo de “guerra civil” para el país en pleno conflicto con Ucrania.
Con traje y corbata negros, semblante serio y tono marcial, el mandatario ruso se dirigió, sin nombrarlo explícitamente, al hombre que lo desafía, Yevgueni Prigozhin: “Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo”, declaró durante un discurso dirigido a la nación.
La comunidad internacional desde EEUU a la Unión Europea (UE) y la OTAN observan de cerca los acontecimientos, que Ucrania interpreta como un signo hacia el colapso del régimen de Putin, y varios países han recomendado a sus ciudadanos que eviten viajar a Rusia y acercarse al centro de Moscú.
Las autoridades reforzaron las medidas de seguridad en Moscú, donde se instauró un “régimen de operación antiterrorista”, consecuencia directa de la amenaza de Prigozhin, quien en un mensaje de audio divulgado en Telegram advirtió que sus fuerzas llegarán “hasta el final” y van a “destruir todo lo que se interponga” en su camino.
Según la agencia de prensa estatal bielorrusa Belta, Putin llamó por teléfono este sábado a su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, un aliado cercano, para informarle “de la situación en Rusia”.