Varios bombardeos golpearon poblados en el límite del último enclave rebelde en el noroeste de Siria, dijeron el martes activistas. Eran escenas que no se veían en la zona desde que comenzó el cese el fuego hace tres meses.
Se cree que los bombardeos fueron realizados por Rusia.
La violencia al borde de la provincia de Idlib era la ruptura más grave del alto el fuego instaurado a principios de marzo, cuando un acuerdo entre Turquía y Rusia detuvo después de tres meses la campaña aérea y terrestre del gobierno sirio sobre Idlib, controlada por rebeldes.
La escalada militar desplazó a más de 5 mil 800 civiles en las últimas 24 horas en el sur de Idlib y el oeste de Hama, según el Grupo Sirio de Coordinación de Repuesta, un equipo de trabajadores humanitarios.
Muchos de los desplazados tenían poco de haber regresado a sus poblados tras el cese el fuego, añadió el grupo.
Los insurgentes lanzaron el lunes una ofensiva limitada contra posiciones del gobierno y tomaron brevemente un par de poblaciones. Tropas del gobierno con respaldo aéreo ruso respondieron al ataque, de acuerdo a un activista que dice documentó 45 bombardeos desde el lunes.
Rusia es un gran valedor del presidente de Siria, Bashar Assad, mientras que Turquía respalda a los combatientes de la oposición que intentan expulsarle del poder. Rusia y Turquía se han convertido en las potencias decisivas en la guerra en el país.