El jefe de la fuerza policial multinacional encabezada por Kenia encargada de frenar la violencia de las pandillas en Haití dijo que “no hay cabida para el fracaso” y se comprometió el lunes a garantizar elecciones democráticas, pero no respondió preguntas importantes persistentes.
La sesión informativa transmitida a nivel nacional fue el primer comentario público de las fuerzas kenianas que llegaron a Haití a finales del mes pasado, meses después que poderosas pandillas tomaron el control de la mayoría de la capital, Puerto Príncipe, y causaron la dimisión del primer ministro.
“Tenemos un trabajo que estamos comprometidos a realizar”, dijo el policía keniano Godfrey Otunga. “Tenemos la intención de lograrlo trabajando conjuntamente con las autoridades haitianas y socios locales e internacionales dedicados a un nuevo Haití”.
La misión policial respaldada por Naciones Unidas, a la que Estados Unidos ha prometido destinar más de 300 millones de dólares, ha sido cuestionada desde el principio.
En Kenia, la policía lleva mucho tiempo siendo acusada por observadores y testigos de violar los derechos humanos, incluso en protestas recientes.
El nuevo primer ministro haitiano, Garry Conille, ha calificado la historia de intervención extranjera en su país como una “mezcla” que ha incluido violaciones de los derechos humanos y una “falta de respeto por la soberanía y la cultura local”.