Durante un interrogatorio con la Dirección Central de Investigaciones (DICRIM), un joven mensajero admitió dedicarse al robo de celulares a personas descuidadas, aunque afirmó arrepentirse de sus acciones.
Identificado como Isidro Almonte Pérez y residente en el sector Manoguayabo, Almonte Pérez confesó haber arrebatado alrededor de 20 celulares, vendiendo los iPhones a un individuo llamado «John» y los Android a un haitiano.
Los precios de venta de los celulares robados variaban entre RD$2,500 y RD$3,500, dependiendo del modelo. Para cometer los robos, solía utilizar abrigo, casco protector, tenis y pantalón largo.
Almonte Pérez aprovechó la ocasión para enviar un mensaje a otros jóvenes dedicados a esta práctica, instándoles a pensar en sus familias y buscar un trabajo honesto en lugar de seguir en el camino del delito.
Manifestó que la vida en la calle no ofrece nada y que él se dedicaba al robo de celulares para demostrar que siempre tenía dinero, pero ahora se enfrenta a las consecuencias de sus acciones.