Luego del incidente con un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines que perdió parte de su fuselaje el viernes pasado, los pasajeros recibieron un correo electrónico de la compañía ofreciendo sus disculpas, el reembolso completo del pasaje y una compensación de 1,500 dólares «para ayudar con cualquier inconveniente».
Además de la compensación económica, la aerolínea ofreció a los pasajeros acceso permanente a recursos de salud mental y sesiones de asesoramiento emocional.
El vuelo 1282 de Alaska Airlines llevaba a 177 personas, 171 pasajeros y seis tripulantes. Había despegado del Aeropuerto Internacional de Portland y unos minutos después, a 16,000 pies de altura, se desató el caos tras reventarse un panel de la aeronave, dejando un gran agujero.
Uno de los pilotos declaró la emergencia y pidió autorización para descender a 10,000 pies de altura, punto en el que el aire tiene suficiente oxígeno para respirar con seguridad.
Imágenes de video del incidente muestran un enorme agujero en uno de los lados del avión y máscaras de oxígeno cayendo en la cabina, que se despresurizó repentinamente. El aterrizaje se realizó exitosamente sin víctimas ni heridas mayores.
Al día siguiente del incidente, la Administración Federal de Aviación ordenó la inmovilización e inspección de los Boeing 737 Max 9 de Estados Unidos.
Desde este episodio, tanto United Airlines, que tiene la mayor flota de este aparato con 79 unidades, como Alaska Airlines, reportaron que algunos problemas necesitaban ser resueltos.
El Departamento de Transporte destacó que los pasajeros tienen plenos derechos de reclamación en caso de retraso de un vuelo, cancelación, pérdida de equipaje u otros inconvenientes.
Pero algunos de ellos se preguntan si la compensación de $1,500 es suficiente para cubrir el momento angustioso que tuvieron que soportar.
Existen precedentes de demandas contra aerolíneas por casos similares. En 2018, una pieza del motor de Southwest se desprendió y rompió una ventana de la cabina. Una pasajera murió al salir parcialmente por la abertura.
Recientemente, pasajeros de Alaska Airlines entablaron una demanda por un incidente en un vuelo cuando un piloto fuera de servicio y que había consumido hongos alucinógenos intentó hacerse con el control del avión para derribarlo.