Nueva York. – Los cirujanos del Langone Health de la Universidad de Nueva York (NYU), realizaron el primer trasplante de ojo completo que funcionó con éxito en el mundo. Este además fue acompañado de un trasplante parcial de rostro.
Se trató de Aaron James, un paciente de 46 años sobrevivió a una descarga eléctrica mortal de 7200 voltios mientras trabajaba como liniero de alto voltaje en junio de 2021, cuando su rostro tocó accidentalmente un cable con corriente. A pesar de múltiples cirugías reconstructivas, James sufrió lesiones extensas, incluida la pérdida de su ojo izquierdo, su brazo izquierdo dominante desde arriba del codo, toda su nariz y labios, dientes frontales, área de la mejilla izquierda y barbilla hasta el hueso.
El equipo Langone de la NYU conoció el caso de James apenas dos meses después de su lesión, lo que permitió guiarlo durante las reconstrucciones de la fase inicial con especialistas en un centro médico de Texas donde estaba recibiendo atención. La posibilidad de un trasplante de cara se discutió durante el año siguiente y se llevó a cabo una evaluación inicial para el trasplante un año después de la lesión inicial en junio de 2022.
¿El trasplate permitió al paciente recuperar la visión?
Los cirujanos informaron esta semana que el trasplante había sido un éxito, puesto que el órgano se ha adaptado bien al paciente. Sin embargo, no recuperó la visión.
Pese a ello, el paciente se mostró agradecido con el resultado, “hay que empezar por algún lado y, con suerte, esto impulsará futuras cirugías“, dijo al medio.
A pesar del éxito, los médicos aseguraron que, lograr trasplantar un ojo y que este recupere la visión está “más allá de nuestras capacidades en este momento”.
Asimismo, detallaron que el paciente no pudo recuperar la visión por la complejidad de los vasos sanguíneos y del nervio óptico, que complican el flujo de sangre adecuado para la visión. Aunque sí lograron inyectar células madre adultas para que el nervio óptico generara otras células sanas.
A 5 meses del primer trasplante de ojo completo, los médicos dicen hay un flujo de sangre saludable en la retina, tiene una presión normal y no causa dolor al paciente.
“Aunque no hay visión, hemos cruzado una barrera que muchos no creían posible. Nunca se ha intentado nada parecido. Ni siquiera hay ninguna ciencia publicada en la literatura que pueda indicar cuál podría ser el resultado de tal trasplante”, comentó a NBC el Dr. Eduardo Rodríguez, director del Programa de Trasplante de Cara en NYU Langone en la ciudad de Nueva York, quien dirigió la cirugía.