Nunca pensaron los Bee Gees que al crear su éxito "Staying Alive" ayudarían a salvar vidas y paradójicamente te "mantendrá vivo". Muchas personas no saben reaccionar cuando otras personas tienen un infarto.
Para ayudarlos, un grupo de científicos de la Universidad de Illinois en Chicago, comprobó que la famosas canción va a un ritmo de 103 beats por minuto secuencia ideal para realizar la maniobra de resucitación cardiopulmonar.
Para ayudar a validar esta teoría, tomaron en cuenta lo que dice la Asociación Americana del Corazón, quien asegura que para una efectiva resucitación cardiopulmonar, es necesario hacer 100 compresiones por minuto.
Esta hipótesis fue comprobada gracias a ejercicios hechos con alumnos de la universidad, quienes siguieron el ritmo de la canción, hicieron 109 compresiones por minuto y días después la hicieron, sin la canción pero siguiendo el ritmo haciendo 113 compresiones por minuto. Ambos ejercicios se acercaron bastante al promedio y aunque se pasaban un poco, unas compresiones de más no le hacen mal a nadie.
Con esto se hicieron campañas publicitarias de salud, que incluían la canción del grupo británico ayudando a salvar vidas, triplicando la tasa de supervivencia y quitándole el temor a las personas que no sabían el ritmo a seguir. Otra conocida canción que ayuda a hacer este procedimiento es "Another One Bites The Dust" de Queen.