El pasado viernes, el ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández recibió una condena en Nueva York tras ser hallado culpable de conspirar con narcotraficantes y utilizar su poder militar y policial para facilitar el ingreso de grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos.
El veredicto fue emitido por el jurado en un tribunal federal al término de un juicio de dos semanas que captó la atención en su país natal.
Hernández fue declarado culpable de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, así como de dos cargos relacionados con la posesión de armas.
Estos cargos conllevan una condena mínima de 40 años de prisión y una posible cadena perpetua.
La fecha de sentencia está programada para el 26 de junio.
Con 55 años de edad, Hernández, quien lideró la nación centroamericana durante dos mandatos, expresó su apoyo al abogado defensor, Renato Stabile, dándole una palmada en la espalda mientras se encontraba en la sala del tribunal con los demás presentes.
La reacción fuera del tribunal fue de celebración entre los cerca de 100 opositores de Hernández, quienes aplaudieron y saltaron de alegría al conocer el veredicto.
A pesar de la gravedad de los cargos, la escena en la sala del tribunal fue serena, y Hernández parecía tranquilo mientras el presidente del jurado anunciaba los tres cargos.
En distintos momentos, se le observó con las manos cruzadas o una pierna sobre la otra, mientras cada miembro del jurado confirmaba el veredicto.