La agencia internacional de ayuda médica Medecins Sans Frontieres (Médicos sin Fronteras) dijo el jueves que se vio obligada a cerrar un hospital que opera en el oeste de Yemen después de que fue dañado en un ataque.
MSF dijo que no hubo informes de muertes o lesiones entre sus docenas de pacientes y el personal presente en el momento del ataque del miércoles en la ciudad de Mocha en el Mar Rojo, y agregó que los pacientes, incluidos dos bebés recién nacidos, fueron transferidos a otras instalaciones de salud.
MSF dice que el hospital abrió en agosto del año pasado, ofreciendo servicios gratuitos a miles de heridos de guerra.
Era la única instalación en pleno funcionamiento que brindaba apoyo a miles de niños gravemente desnutridos, ya sea del área o de aquellos desplazados que huyeron a Mocha durante el año pasado para escapar de los combates en otras áreas.
Los oficiales militares yemeníes culparon a los rebeldes de Houthi por el ataque con aviones no tripulados y misiles que atacaron edificios cerca del hospital, causando enormes explosiones que mataron al menos a ocho personas.
Un portavoz del gobierno dijo que el ataque del miércoles apuntó a las fuerzas alineadas con el gobierno conocidas como la Brigada de Gigantes, y agregó que al menos tres drones Houthi participaron en el ataque.
El jefe humanitario de la ONU en Yemen condenó el ataque aéreo en el hospital clave de MSF como "impactante y completamente inaceptable".
Mocha, históricamente famosa por las exportaciones de café, se encuentra en el sur de la provincia de Hodeida.
El puerto de la capital provincial, también llamado Hodeida, es el punto de entrada más importante de Yemen para la ayuda internacional.
El puerto ha sido el centro de negociaciones negociadas por la ONU para un alto el fuego duradero para evitar la suspensión de entregas de ayuda cruciales.
El alto el fuego finalmente se acordó después de que las fuerzas respaldadas por los Emiratos Árabes Unidos, que es el principal socio de la coalición liderada por Arabia Saudita, comenzaron un asalto para expulsar a los hutíes de Hodeida en junio de 2018.
Después de cinco años de conflicto, Yemen sigue siendo un país dividido.
Los hutíes respaldados por Irán han controlado la capital, Sanaa, y gran parte del norte desde 2014.