El tradicional encendido del árbol de Navidad, frente a la Basílica de la Natividad, inició los festejos en la ciudad palestina de Belén, sin apenas peregrinos por el nuevo cierre de fronteras por la pandemia.
“La Navidad llega este año, y la humanidad todavía sufre la pandemia de coronavirus y vive bajo el peso de sus efectos, y el estancamiento continúa dominando nuestra economía en Palestina debido al cese del turismo”, lamentó el alcalde Salman.
Cada primer sábado de diciembre, el encendido del importante árbol da comienzo al calendario festivo navideño, con los días grandes, 24 y 25 de diciembre, para la comunidad cristiana.
Los ortodoxos, rama más seguida por los cristianos de Tierra Santa, se rigen por el calendario juliano y celebran sus principales jornadas navideñas el 6 y 7 de enero.
El año pasado, la Navidad en Tierra Santa quedó reducida a meros actos simbólicos con público limitado.
Este año, la localidad espera que se reabran pronto las fronteras y permitan la llegada de peregrinos, aunque no confían en la masiva afluencia que registra tradicionalmente la que se considera “la capital de la Navidad”.