A pesar de su muerte el 23 de julio de 2011, Amy Winehouse sigue indeleble en la actualidad. Su efervescencia y su peculiar peinado fueron algunas características de la cantante británica.
La reina de soul fue una de las grandes figuras en la historia del género. Dotada de portentosas cualidades vocales que la llevaron a un vertiginoso éxito, Winehouse arrasó en la entrega de los premios Grammy de 2008 al obtener cinco de los seis galardones a los que optaba el segundo álbum de su discografía, Back To Black, uno de los mejores discos de la década.
Su relación amorosa con Blake Fielder-Civil, a quien se suele atribuir como el amor de su vida y la cual la introdujo a una vida de excesos que más tarde le cobraría factura y que posteriormente tras dar fin a su relación, Amy tuvo una etapa de declive en donde su padecimiento de bulimia y depresión se agraviaron, a la par de su consumo de sustancias, a consecuencia de un corazón roto.
En las letras reflejaba su penosa visión de las relaciones afectivas y su particular inmersión en el submundo de las drogas y el alcoholismo. “Mi intención es la de componer canciones, lo más sinceramente posible, sobre cosas que me suceden y es mi deseo que la gente conecte con lo que cuento en ellas”, mencionó Amy Winehouse, en su discurso de aceptación en la ceremonia de los Premios Ivor Novello de 2004.
La compositora y cantante británica murió en su casa del barrio londinense de Camden, cuyo largo historial de consumo de drogas y alcohol había malogrado su salud, falleció por una intoxicación etílica. Tenía 27 años y con solo dos discos publicados se había convertido en una estrella.