Un grupo de alrededor de 2,000 migrantes emprendió el lunes una caminata en el sur de México, marcando una tradición durante la Semana Santa previa a la Pascua, con el propósito de destacar sus desafíos en una travesía cargada de obstáculos.
Partiendo desde Tapachula, en las proximidades de la frontera con Guatemala, al alba, los migrantes junto con sus defensores expresaron su intención de llegar a la capital mexicana para poner de relieve los riesgos que enfrentan, entre los cuales se cuentan los robos, las agresiones sexuales, la extorsión y los secuestros.
En los últimos años, México ha seguido una estrategia de retención dirigida a mantener a los migrantes en el sur del país, lejos de la frontera con Estados Unidos.
En esa región, los migrantes a menudo pasan meses intentando regularizar su situación migratoria mediante solicitudes de asilo u otros medios, mientras se enfrentan a la escasez de empleo y acumulan deudas considerablemente altas con los traficantes de personas.
La procesión incluyó una gran cruz blanca adornada con la inscripción «Cristo resucitado» en español.
El día previo a la marcha, se llevó a cabo una etapa de la procesión cruzando el río que separa Guatemala de México, un momento de peregrinación y reflexión.