El primero de los cinco buques cisterna iraníes cargados con gasolina atracó el lunes en el estado venezolano de Carabobo, entregando combustible muy necesario a la nación afectada por la crisis que se encuentra en la cima de las mayores reservas de petróleo del mundo.
Los envíos de gasolina están llegando a desafiar las severas sanciones de la administración Trump contra ambas naciones y marcan una nueva era en la floreciente relación entre Venezuela e Irán, que está expandiendo su huella en el hemisferio occidental.
Venezuela se encuentra en la cima de las mayores reservas de petróleo del mundo, pero debe importar gasolina porque la producción se ha desplomado en las últimas dos décadas. Los críticos culpan a la corrupción y la mala gestión de la administración socialista en medio de una crisis económica que ha llevado a una gran migración por parte de
Venezolanos que buscan escapar de la pobreza, la escasez de bienes básicos y la delincuencia.
Los petroleros iraníes sostienen lo que los analistas estiman que es suficiente gasolina para abastecer a Venezuela durante dos o tres semanas.
Estados Unidos acusa a Irán y otras naciones de apuntalar al presidente venezolano Nicolás Maduro.