Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador durante el mandato de Rafael Correa, afirmó haber sido víctima de torturas durante su detención el pasado viernes en la Embajada de México en Quito, asaltada por la Policía ecuatoriana después de que el Gobierno mexicano le concediera asilo.
En su primera intervención pública desde su detención, Glas detalló su captura en la audiencia judicial que evalúa el recurso de habeas corpus presentado por su defensa, que busca anular su detención y que Ecuador lo entregue a México o a un tercer país que también respete el asilo otorgado.
Glas relató en una transmision en vivo que fue golpeado, le dislocaron dos dedos y fue sometido a una posición de tortura. También indicó que fue sacado de la embajada esposado y tratado como un «trofeo de guerra».
El exvicepresidente considera que el asilo otorgado por México es un reconocimiento de su condición de perseguido político, buscando así clamar por su inocencia frente a los procesos y condenas en su contra.
Su abogado solicitó al tribunal anular su detención y ordenar al Estado ecuatoriano entregarlo a México o a un tercer país que también le otorgue asilo. El Gobierno ecuatoriano desconoce el asilo, argumentando que no puede concederse a quien esté procesado por delitos comunes según la Convención de Asilo Diplomático.
La ministra de Interior y Gobierno de Ecuador justificó la detención en que para el Ejecutivo nunca hubo asilo para Glas, pues la Convención de Asilo Diplomático sostiene que no puede otorgarse a quien esté procesado por delitos comunes, y descartó cualquier persecución hacia él.