Las pandillas de Haití sitiaron varios vecindarios de Puerto Príncipe, quemando casas e intercambiando disparos con la policía durante horas, mientras cientos de personas huían de la violencia el jueves temprano, en uno de los mayores ataques desde que se anunció el nombramiento del nuevo primer ministro del país.
Los ataques comenzaron el miércoles por la noche en vecindarios como Solino y Delmas 18, 20 y 24, ubicados al suroeste del principal aeropuerto internacional, que permanece cerrado desde hace casi dos meses en medio de la incesante violencia de las pandillas.
“Las pandillas comenzaron a quemar todo lo que estuviera a la vista”, dijo un hombre llamado Néne, que declinó dar su apellido por temor a represalias. “Me escondí en un rincón toda la noche”.
El hombre caminaba con un amigo cargando una polvorienta maleta roja llena de ropa, lo único que pudieron salvar. La ropa pertenecía a los hijos de Néne, a quienes sacó apresuradamente de Delmas 18 cerca del amanecer durante una pausa en los enfrentamientos.
Los vecindarios, que antes bullían de tráfico y transeúntes, parecían pueblos fantasma poco después del amanecer, y un pesado silencio cubría toda la zona, excepto por el ocasional balido de alguna cabra solitaria.