Resplandeciente en su vestido de blanco, con el pelo trenzado, Yiru Sol era la imagen perfecta de la novia mientras miraba a sus invitados. Pero Yiru no se casó, la graduada de Princeton y vicepresidente corporativa de una empresa de seguros de Nueva York, canceló su boda hace dos meses, después de que se negara a firmar el acuerdo prenupcial propuesto.
Pero en lugar de cancelar la recepción, la que dejó un depósito no reembolsable de $8.000 dólares, en la lujosa casa Harold Pratt en el Upper East Side, Yiru decidió que iba a encontrar un grupo personas para que asistiera.
El día de la boda se convirtió en el almuerzo del día de la Madre, Yiru unió fuerzas con el Ejército de Salvación y Inwood House y encontraron familias, niños y madres solteras para esta especial recepción. }
"En ese momento, empecé a pensar que era el plan de Dios. No pude ser la princesa el día de mi boda, pero puedo darle a los niños un cuento de hadas", cuenta Yiru.
Los niños, que recibieron globos y helados, además de que pintaron sus rostros, dijeron el día les hizo sentir especial. Algunos huéspedes también dieron actuaciones musicales en el piano y el ukelele.
Yiru se limitó a explicar que no estaba cómoda con el acuerdo prenupcial, añadiendo que "inicialmente se sintió frustrada cuando se canceló la boda", pero el día no era para lamentarse.
En su lugar Yiru le contó a sus invitados acerca de cómo había crecido en un ambiente pobre en China antes de poder estudiar en los Estados Unidos y ganar una beca completa para obtener su doctorado en ingeniería eléctrica en Princeton. Motivando a todos los niños a luchar por sus sueños, estudiar y obtener buena calificaciones.
Yiru dijo que no podía haber disfrutado más ese día y cree que sus invitados se sintieron de la misma manera.
"Mis huéspedes se sintieron aún más felices que los invitados a la boda. No necesitan preparar los regalos de boda", bromeó Yiru.
¿Qué te parece el lindo gesto que tuvo Yiru? Cuéntanos en los comentarios.