Yvonne Dagger vive en California y durante sus tiempos libres pinta cuadros un día se empezó a dar cuenta que entre las mascotas que tiene, uno en especial se fijaba mucho en lo que ella hacía. Se trataba de su labrador negro Dogger, por lo que se le ocurrió ponerle una brocha especial con la ayuda de un tubo de papel higiénico en el hocico y el animal empezó a pintar.

De ahí en adelante no paró, su dueña le compró pinturas no tóxicas, lienzos y le adaptó un caballete a la medida. 
Yvonne publicó una de sus obras de arte en Internet y causó furor, a tal nivel que la vendió por 50 dólares. 
La demanda empezó a subir y con eso también el precio de lo que pintaba Dogger, solo que ahora lo recaudado va destinado a la Canine Companions for Independence (CCI), una asociación que entrena perros de servicio. 
Se ha hecho popular en las redes sociales, por lo que le crearon una página de Facebook donde muestra sus obras de arte y en el que le pusieron el apodo de Dog-Vinci.

Dagger asegura que él pinta y que ella solo le ayuda como guía, a tal punto que el can le avisa con un gesto cuando quiere cambiar de color.

Un verdadero artista con un gran talento. Compártelo con tus amigos.