Jamal Hinton, un estudiante de 17 años que vive en Arizona, Estados Unidos, estaba en clase cuando recibió un extraño mensaje en su celular. "Vamos a celebrar el Día de Acción de Gracias en mi casa, el jueves 24 a las 3:00 p. m. Avísame si vienes. Espero verlos a todos", decía el texto.
Sorprendido, al llegar el recreo llamó a ese número telefónico desconocido. Al escuchar la voz de una mujer mayor del otro lado de la línea, le preguntó quién era. "Tu abuela", respondió Wanda Delch.
Jamal se dio cuenta de que la única manera de resolver la confusión era intercambiar fotos. Así se dieron cuenta de que nunca se habían visto en sus vidas. Lo verdaderamente sorprendente fue lo que hicieron entonces.
"Supimos que no éramos familiares, pero después pensé ¿por qué no pedir una invitación si la oferta ya estaba ahí?", dijo Jamal a CNN.
Cuando el joven le preguntó si no podía ir de todos modos, la mujer no lo dudó. "Claro que puedes. Eso es lo que las abuelas hacemos: alimentar a todos".
Finalmente, el jueves a la tarde se conocieron y compartieron una cena de Acción de Gracias que jamás olvidarán. "Esto no fui yo, ha venido de Dios. Él solo nos está utilizando como su instrumento para llevar un mensaje a los demás", dijo Delch muy emocionada.