El joven Ramón Hernández de 26 años, había llegado a Republica Dominicana para poder celebrar el día de los padres con su familia, sin embargo, le organizaron una despedida pues él radicaba en Estados Unidos. Al llegar a una discoteca fue a comprar y unos hombres le quitaron la vida a balazos en medio de una discusión dentro del loca. La familia exige justicia al presidente para que no quede impune.