La humillante derrota de Paulo Costa frente a Israel Adesanya el pasado 27 de septiembre de 2020 por el título del peso medio de la UFC aún tiene repercusiones. Y es que el brasileño confesó que afrontó aquella pelea borracho tras beberse una botella de vino la noche previa.
En esa ocasión, el luchador perdió por KO técnico en el segundo asalto y vio esfumarse el que podía haber sido el mayor momento de gloria de su carrera.
«No podía dormir por los calambres en las piernas. Recuerden que la pelea era a las 9 de la mañana y nos teníamos que levantar a las 5 de la madrugada para prepararnos, estirar, vendarnos las manos. La UFC nos dijo que nos levantásemos a las 5 de la madrugada para ir al pabellón donde peleábamos. No me dormí hasta las 2:30», dijo el peleador.
«Fue mi culpa y no culpo a nadie más por ello. Fue algo que elegí yo mismo, pero tenía que dormir porque no lo había hecho en las últimas 24 horas. Bebí vino. Mucho vino. Una botella de vino entera para quedarme dormido. Tomé una copa y no funcionó. Dos copas y no funcionó. La mitad de la botella y no funcionó. Y al final me la tomé entera», añadió Costa, que hasta ese combate estaba invicto en su carrera profesional con 13 victorias, 11 de ellas por nocaut.
«Era una pelea por el título y estaba adormilado, bostezando, despreocupado… Estaba demasiado calmado», recordó el brasileño, que además de perder tuvo que lidiar con las burlas y las provocaciones de su oponente.
Su próximo combate será el 17 de abril contra el ex campeón Robert Whittaker, aunque Costa ya ha dicho que espera que Adesanya, luchador nigeriano-neozelandés, le dé la revancha en algún momento.
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