El gobierno de Biden dio un paso hacia su objetivo de cerrar el centro de detención de la Bahía de Guantánamo para sospechosos de terrorismo el lunes, liberando bajo la custodia de su país de origen a un marroquí que había estado detenido sin cargos casi desde que Estados Unidos abrió el instalación hace 19 años.
El traslado de Abdullatif Nasser fue el primero de la administración Biden, reviviendo un esfuerzo de la administración Obama que había sido obstaculizado por la oposición conservadora y la dificultad de resolver las pocas docenas de casos restantes, incluida la búsqueda de sitios seguros para enviar a algunos de los detenidos.
Los grupos de derechos humanos han llamado a las detenciones y el campo de detención, inaugurado bajo el presidente George W. Bush después de los ataques de al-Qaida en 2001, un error histórico de Estados Unidos.
Hubo denuncias de tortura en los primeros interrogatorios y cuestionamientos a la legalidad de los tribunales militares allí.
La administración Bush y sus partidarios llamaron al campamento, en una base naval estadounidense en Cuba, esencial para manejar de manera segura a los sospechosos de terrorismo internacional.
Una junta de revisión recomendó la repatriación de Nasser, que tiene alrededor de 50 años, en julio de 2016, pero se había quedado en Guantánamo bajo el presidente Donald Trump, quien se opuso a cerrar el sitio.
Al anunciar la transferencia de Nasser, el Pentágono citó la determinación de la junta de que su detención ya no era necesaria para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos.
Nasser, también conocido como Abdul Latif Nasser, llegó el lunes a Marruecos.
La policía lo detuvo y dijo que lo investigarían bajo sospecha de cometer actos terroristas, aunque nunca fue acusado mientras se encontraba en Guantánamo.
Fuente: AP