La pandemia mundial por el coronavirus pospuso el juicio de Meghan Markle y el príncipe Harry en contra de los tabloides británicos hasta comienzos del año que viene. Una pelea judicial contra la Asociated Newspaper Limited, empresa que engloba medios como el Daily Mail y el Mail on Sunday, que han sido especialmente beligerantes contra la actriz.
En concreto, el juicio se retomará en Londres el 11 de enero de 2021, una fecha que, dadas las nuevas circunstancias en casi todos los países, Meghan quiere cambiar a toda costa. De hecho, este jueves tenía que haberse producido una audiencia vía telemática para considerar los costos del procedimiento y los problemas de gestión propios de la situación actual, pero el juez recibió una solicitud firmada por Markle y sus abogados con la que buscan retrasar el juicio.
En el escrito se esgrimen varias razones, pero ante todo la petición viene dada porque el equipo legal de la esposa del príncipe Harry entiende que se necesita más tiempo para preparar la estrategia después de la publicación de "Finding Freedom: Harry and Meghan and the Making of A Modern Family", una biografía de los duques de Sussex que en teoría estaba autorizada pero con cuyo resultado final no están del todo de acuerdo.
En el libro se da a entender que Meghan colaboró con distintos medios y, aunque el matrimonio afirmó que algunos capítulos tienen detalles falsos y son creación de los autores, prefieren prevenir ante la idea de que la defensa pueda esgrimir que la información que se proporciona en el texto proviene de fuentes cercanas a la pareja, consigna 20 Minutos.
De ser cierto que Markle sí estuvo en contacto con diversos medios, la Asociated Newspaper Limited podría expresar en el juicio que la duquesa sabía que sus amigas, aquellas cuyo anonimato es el que está en juego, iban a atacar al medio tras la publicación de la carta que le escribió a su padre, Thomas Markle.
Pero varias publicaciones apuntan a que hay otro motivo por el que la royaltie no quiere que el juicio se celebre ese 11 de enero: la cuarentena de dos semanas que los visitantes extranjeros están obligados a guardar en Reino Unido.
La consecuencia es que de no retrasarse la audiencia y dar por nula la petición, el príncipe Harry y Meghan tendrían que pasar las fiestas navideñas en Buckingham o, al menos, con la familia Windsor, y dadas las actuales relaciones familiares no es la mejor opción.
La intención de Meghan y Harry es pasar sus primeras vacaciones invernales, con Nochebuena incluida, en su casa de Montecito, en California, puesto que ya se habla incluso de que la intención de Markle es preparar ella misma la cena e invitar a un grupo reducido de amigos, entre los que se encontrarían el productor musical David Foster y su esposa, la actriz y cantante Katharine McPhee.
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