Residentes que presenciaron el incidente en el que un agente de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre agredió a un joven, lo catalogaron como un claro «abuso de poder». Según los testimonios, el agente actuó de manera desproporcionada y sin justificación aparente, utilizando la fuerza de manera excesiva contra el joven, quien, según las mismas fuentes, no representaba una amenaza en ese momento.