Un hombre de Queens guardó el cuerpo sin vida de su abuela por cinco meses para no quedar desamparado.
El macabro episodio ocurrió en Ridgewood. Agentes del NYPD llegaron el miércoles a la vivienda que Christopher Fuhrer, de 30 años, compartía con su abuela Erika Kraus-Breslin, de 85, después que una hija de la última indicara que había perdido el contacto.
Los agentes fueron al segundo piso de la vivienda y encontraron el cuerpo envuelto en 16 bolsas plásticas. Fuhrer había ubicado ambientadores y un ventilador para controlar el olor de la descomposición.
El cadávar estaba en esa condición por al menos cinco meses. Fuhrer dijo a las autoridades que temía perder su vivienda. No es claro si el dinero de la pensión de Kraus-Breslin fue cobrado.
La mujer era una inmigrante alemana que llegó a Estados Unidos hace década y fue empleada de Rudy’s Pastry Shop, un negocio popular en el vecindario.
A Fuhrer se le acusó por no reportar la muerte y de entierro inadecuado. Un forense indicará la causa de la muerte.