Luego de recibir reportes de que Clare Nowland, de 95 años, se encontraba deambulando con un cuchillo de carnicero en mano en su residencia para la tercera edad en Nueva Gales del Sur el pasado miércoles, dos agentes policiales y el personal del lugar hicieron intentos de calmar la situación momentos antes de que la anciana se negara a soltar el cuchillo, se acercara lentamente en su andador y uno de ellos aplicara la descarga eléctrica.
Un testigo y amigo de la familia afirmó que Nowland recibió dos golpes en el pecho y en la espalda antes de caer al suelo, sufriendo una fractura de cráneo y una hemorragia cerebral grave. Lo cual provocó que la anciana fuera ingresada en el hospital en estado crítico y posteriormente muriera este miércoles.
El agente acusado de atacar a Nowland, cuya identidad aún no ha sido revelada, fue suspendido e imputado por diversos delitos y será enjuiciado a comienzos del mes de julio bajo las acusaciones de actuar con negligencia y provocar lesiones corporales graves y asalto común.
El hecho ha causado revuelto en el país, lo cual ha provocado que las autoridades abrieran una investigación protocolaria. La comisionada de la Policía de Nueva Gales del Sur, Karen Webb, aseguró que dentro de las investigaciones sobre el incidente ocurrido se enfocarán en el historial del oficial.
El incidente también ha provocado el resurgimiento del debate polémico sobre el uso de los táser o pistolas eléctricas por parte de la policía australiana.
En un comunicado, la familia de Nowland recalcó que era muy respetada, muy querida y generosa miembro de la comunidad aparte de ser la querida y afable matriarca de la familia.