Durante 26 años, una comunidad en la provincia de San Juan ha estado viviendo en condiciones inhumanas, tras haber sido devastada por un huracán que arrasó la región. A pesar del tiempo transcurrido, las promesas de reconstrucción y apoyo no han llegado, dejando a los habitantes en un estado de vulnerabilidad extrema. Sin acceso a servicios básicos adecuados, las familias continúan enfrentando la precariedad en sus hogares, lidiando diariamente con la falta de agua potable, electricidad y vías de acceso en buen estado.