Las ruinas de Potosí, en el estado venezolano de Táchira, emergieron debido a los cambios climáticos, luego de 30 años de la inundación que sufrió, para la construcción de una represa. La sequía que sufre la localidad actualmente sacó a la luz los restos sumergidos de un pueblo que fue abandonado por todos sus habitantes en 1984, cuando el agua se apoderó del valle para darle paso a la obra hidroeléctrica.
Los pobladores de la localidad, quienes nunca tuvieron acceso a electricidad, tuvieron que dejar atrás sus hogares contra su voluntad para que otros tuvieran luz.
Las ruinas que vieron la luz después de tres décadas debajo del agua, se encuentran a 1.100 metros sobre el nivel del mar y son calificadas como un sitio "mágico". Actualmente, se puede apreciar parte de la iglesia de San Isidro Labrador, un templo de 26 metros de altura que dejó de utilizarse en 1953, y el cementerio. A continuación revisa las imágenes del pueblo, luego de que el agua abandonara los recintos.