Kurgo es una compañía ubicada en Massachussets, Estados Unidos, que se dedica a la fabricación de accesorios y juguetes para perros activos. La compañía es la creación de Kitter y Gordie Spatter, hermanos con una afición por la vida en el exterior y los perros. Kitter estudió diseño industrial y desarrollo de productos en el Pratt Institute, mientras que su hermano Gordie fue a la Harvard Business School para aprender administración de empresas.
Luego de terminadas sus carreras, recordando su infancia en los bosques de Vermont, rodeados de naturaleza y amigos peludos, decidieron unir sus profesiones y crear Kurgo. Lo que comenzó como un sueño en su sótano hoy en día es una compañía que emplea a 22 personas full time. Venden bowls para el agua, correas, juguetes para perros, mochilas y todo lo necesario para tu cachorro.
"Los perros hoy en día son mucho más miembros de la familia… Por lo cual las expectativas sobre lo que se busca en un producto para perros están subiendo. Antes los perros dormían afuera, hoy en día la mayoría duermen con sus dueños", dice Kitter.
Kurgo tiene una oficina de más de 1.200 metros cuadrados en donde sus empleados son incitados a traer a sus perros, como una manera más de mezclar el trabajo con el objeto del mismo. La oficina cuenta con cubículos con cesped artificial y puertas, para que los caninos puedan entrar y salir a su gusto.
También tienen una sala de reuniones gigantesca que tiene asientos a la perfecta altura para acariciar a alguna de las mascotas. Asimismo, la oficina está decorada con una variedad de detalles curiosos: un caballito balancín, un tobogán especial para perros, una canoa que perteneció al abuelo de los dueños de la empresa.
Aproximadamente el 90% de sus empleados tienen perros y se los estimula a llevarlos al trabajo todos los días.
De esa forma, además, se pueden probar los prototipos de los nuevos productos diseñados y comercializados por los Spatter.
"Obtenemos mucha inspiración observando a nuestros perros y sus problemas", dice Kitter.
De hecho, el primer producto que crearon, la "Barrera del Asiento Trasero", fue inventada cuando un repentino frenazo en un carro mandó a Zelda, la perra de Kitter, volando al asiento delantero, enredándose con los pedales del conductor.
Pero, más allá de eso, ambos hermanos coinciden que la mayor motivación es hacer del lugar de trabajo un ambiente más divertido, descontracturado y feliz.
"Cualquier trabajo es estresante, pero tener a los perros cerca nos brinda liberación. Llevarlos a pasear durante la hora de almuerzo o hacerles unas caricias es una pausa. Y si estás teniendo una charla seria, y de pronto los perros están haciendo algo gracioso, hace que todo parezca un poco menos serio y grave", dice Gordie.
¿Qué te parece este gran lugar de trabajo? Cuéntanos en los comentarios.