El Departamento de Estado de Estados Unidos elevó al nivel 4 su alerta de viaje a Venezuela, la categoría más alta, instando a sus ciudadanos a no viajar ni permanecer en el país por riesgos de detención arbitraria, tortura, terrorismo, secuestros y colapso de servicios básicos.
En un comunicado, Washington advirtió que no puede brindar asistencia consular en Venezuela y exhortó a sus ciudadanos a abandonar el territorio de inmediato. La alerta también menciona denuncias de tortura a detenidos.
La reacción del gobierno venezolano no se hizo esperar: la Cancillería calificó la medida como “un acto hostil, racista y propagandístico” y acusó a Estados Unidos de sostener una campaña de agresión política contra el país.