En muchos hogares y empresas se ha reforzado la limpieza, sobre todo en elementos que se tocan con frecuencia como los pomos de puertas o barandillas.
Pero hay otro objeto que utilizamos innumerables veces al día y tal vez no se te ocurrió limpiarlo tan a menudo: el celular.
Lo llevas en el bolsillo, lo metes en el bolso, lo dejas sobre el escritorio… algunos ni siquiera van al baño sin su compañía. ¿Has reflexionado sobre la cantidad de gérmenes que puede llevar encima tu teléfono?
Existe una diferencia entre limpiar y desinfectar, procesos que se deben hacer en ese orden. Con el primero, retiras la suciedad y reduces el número de gérmenes, y con el segundo, matas a muchos de los que todavía quedaban tras la limpieza.
Apple recomienda en su página web apagar el teléfono y retirar todos los cables antes de limpiarlo. Luego, utilizar una tela con tratamiento antipelusa (por ejemplo, la que te regalan las ópticas cuando te compras lentes nuevos) ligeramente humedecida para retirar la suciedad.
Samsung sugiere en su portal web hacerlo con una tela suave y seca, y solo humedecer una esquina un poco si es necesario. Según el fabricante surcoreano, en este último caso se deben hacer movimientos de arriba a abajo y luego pasa la esquina seca para retirar la humedad.
Ambas compañías recomiendan no recurrir a productos de limpieza y Apple también desaconseja los que aplican aire comprimido para no dañar el celular.
Evita que se humedezcan las zonas abiertas del aparato, como la entrada del cable del cargador o del auricular.
Según Apple, puedes usar toallitas húmedas que contengan un 70% de alcohol isopropílico para las superficies exteriores del iPhone. La lejía está totalmente desaconsejada.
Si no tienes uno, considera comprar algún protector de pantalla, así podrías limpiar este con mayor tranquilidad de no estar desgastando la pantalla.