La casa de moda francesa Chanel llevó el glamour de vuelta a Cuba el martes con un desfile de pasarela en uno de los principales paseos de La Habana, donde se dieron cita los trajes brillantes, vestidos de cóctel y modelos con sombreros fumando puros.
Chanel es la primera gran casa de moda que envía modelos para desfilar en Cuba, en otra muestra del acercamiento de la isla caribeña con Occidente. El exclusivo show también recordó las desigualdades en el país de gobierno comunista.
Celebridades, incluyendo a la actriz Tilda Swinton y la supermodelo Gisele Bündchen, viajaron a la isla caribeña para el espectáculo que evocó la elegancia de la Cuba prerrevolucionaria, al llegar al lugar en convertibles antiguos. El contingente cubano de modelos incluyó al nieto del ex presidente Fidel Castro, Tony, un aspirante a modelo, lo que levantó algunas cejas, dados los ataques de su abuelo contra el capitalismo.
"Es un orgullo para todos los cubanos que un gran evento como éste se realice aquí", dijo el nieto de Castro, de 17 años. El alemán Karl Lagerfeld, quien ha estado al timón como director creativo de Chanel desde 1983, ha dicho que su última colección Cruise está inspirada en la "riqueza cultural y la apertura de Cuba".
Durante una presentación de 25 minutos con música cubana de fondo, los modelos desfilaron por una sección de 160 metros del Paseo del Prado, un frondoso sitio con bancos de mármol, farolas ornamentales y tradicionales leones de bronce que conducen a la orilla del mar Caribe.
Algunos cubanos criticaron el hecho de que Chanel, la segunda marca de lujo más grande detrás de Louis Vuitton, haya elegido mostrar su nueva línea en un país carente de opulencia material.
Las mercancías de la casa de modas no se venden en Cuba y la mayoría de las personas no pueden ni siquiera soñar con adquirir un pequeño bolso que cuesta miles de dólares. Alrededor de un 70% de los trabajadores cubanos trabaja para el Estado con un salario promedio de USD 25 al mes.
Otros cubanos sostienen que el espectáculo de Chanel les está dando alas para soñar. "El hecho de que no me pueda permitir eso no significa que quiero negar a otros ese lujo. Y ¿quién sabe?, tal vez un día… Es importante para soñar", afirmó Marilia Véliz, de 44 años, contadora y amante de la buena costura.
Fuente: Infobae