Estados Unidos solicitó formalmente el arresto y la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández por cargos de drogas y armas menos de tres semanas después de dejar el cargo, una medida que sigue a años de acusaciones sobre los presuntos vínculos del líder hondureño con traficantes de drogas.
El ministro de Seguridad de Honduras, Ramón Sabillón, quien fue despedido por Hernández como jefe de la Policía Nacional en 2014, dijo el martes que los principales cargos que enfrenta Hernández en Estados Unidos son tráfico de drogas, uso de armas para el tráfico de drogas y conspiración para usar armas en el tráfico de drogas.
Sabillón dijo que Hernández había conspirado “con cárteles para traficar (drogas) y corromper muchas instituciones públicas, lo que llevó al deterioro social y socavó la aplicación de la justicia en Honduras”.
Los fiscales estadounidenses en Nueva York habían implicado repetidamente a Hernández como co-conspirador durante el juicio por narcotráfico de su hermano en 2019, alegando que su ascenso político fue impulsado por las ganancias de las drogas.
El exmandatario fue llevado con esposas y grilletes, y portaba un chaleco antibalas para su protección.
Fue transportado al cuartel de las Fuerzas Especiales en las montañas que rodean Tegucigalpa.