El presidente Donald Trump ha iniciado conversaciones indirectas con el líder supremo iraní, Ali Khamenei, para negociar un posible alto al fuego con Israel.
Este acercamiento, facilitado por Omán y Qatar, contempla un encuentro exploratorio entre el vicepresidente J.D. Vance, el enviado especial Steve Witkoff y el canciller iraní Abbas Araghchi.
Mientras se afinan los detalles del encuentro, Trump advirtió públicamente en redes sociales que “Irán no puede tener un arma nuclear” e instó a evacuar Teherán.
Aunque Trump apuesta por la vía diplomática, también dejó claro que si Irán usa las negociaciones para rearmarse y atacar, Estados Unidos podría intervenir directamente.
Mientras tanto, el Pentágono ya colabora con Israel proporcionando inteligencia y apoyo logístico, incluyendo el despliegue de aviones cisterna para extender el alcance de los ataques israelíes contra objetivos estratégicos iraníes.
Israel, por su parte, ha bombardeado instalaciones nucleares en Natanz y Fordow, pero no ha logrado neutralizar completamente la capacidad de enriquecimiento de uranio.
El primer ministro Benjamín Netanyahu busca que EE.UU. suministre bombas antibúnker y aviones B2 para destruir esas instalaciones subterráneas, aunque Trump aún no ha autorizado su uso. A pesar de su escepticismo, Netanyahu aceptó la mediación diplomática por ahora.
Si Irán accede a desmantelar su programa nuclear, el conflicto podría cesar con una victoria estratégica para Israel. Pero si las conversaciones fracasan, Trump podría autorizar un apoyo militar más directo.
Según fuentes en Jerusalén y Washington, Estados Unidos está listo para sumarse a una ofensiva definitiva si no se logra un acuerdo, mientras continúan los bombardeos diarios entre ambos bandos en un conflicto que define el futuro del equilibrio regional.