Durante la madrugada del domingo, Irán lanzó una ofensiva con misiles y drones contra varias regiones de Israel, dejando al menos 13 personas muertas y más de 380 heridas.
Las zonas más afectadas fueron el centro y norte del país, donde múltiples edificios residenciales resultaron seriamente dañados.
En represalia, el ejército israelí ejecutó ataques aéreos contra objetivos estratégicos en Irán, incluyendo instalaciones cercanas a Teherán vinculadas al programa nuclear, así como depósitos de combustible.
Las autoridades israelíes informaron que estas acciones buscan debilitar la infraestructura militar iraní.
El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró en un mensaje televisado que las operaciones militares continuarán mientras se considere necesario para frenar el avance del programa nuclear de Irán, considerado una amenaza directa para la seguridad nacional de Israel.
Irán, por su parte, reiteró que su programa nuclear tiene propósitos pacíficos y advirtió que responderá con mayor fuerza si Israel persiste en sus ataques, lo que eleva aún más el riesgo de una escalada en el conflicto.