La estructura del techo de la discoteca Jet Set Club experimentó una sobrecarga progresiva y constante desde el año 2011 hasta 2025, según revelan los peritajes técnicos incluidos en el expediente del Ministerio Público contra Antonio Espaillat López y Maribel Espaillat.
El techo estaba conformado por losas prefabricadas apoyadas sobre vigas transversales postensadas, a su vez sostenidas por un sistema de vigas y columnas parcialmente confinadas por paredes de bloques de concreto. Esta estructura, de carácter técnico especializado, no fue evaluada ni reforzada a pesar del notable incremento en la carga que soportaba.
De acuerdo con los registros periciales, en 2011 la cubierta del edificio albergaba siete elementos visibles, como pequeñas unidades mecánicas o técnicas. Esta situación se mantuvo relativamente estable hasta 2013.
Sin embargo, a partir de 2014 comenzó una expansión progresiva del uso técnico del techo: ese año se contabilizaron nueve equipos; en 2015 la cifra subió a 12, y para 2016 ya había 14 elementos sobre la superficie.
Entre 2017 y 2021 se mantuvo este mismo número, aunque con variaciones en el tipo, tamaño y distribución de los dispositivos. Fue entre 2022 y 2025 cuando la cubierta alcanzó su punto máximo de carga con 17 instalaciones visibles, incluyendo casetas técnicas, ductos, unidades de climatización de gran volumen y tinacos de agua, que ejercieron una presión excesiva sobre la estructura.
El Ministerio Público sostiene que todas estas instalaciones se realizaron sin ningún tipo de evaluación técnica previa, estudio estructural o permisos de las autoridades correspondientes, lo que contribuyó significativamente a la debilidad del techo, ya comprometido por modificaciones anteriores como la eliminación de una columna esencial.
Estos hallazgos respaldan la acusación de negligencia grave y conducta de alto riesgo por parte de los imputados, quienes, según el expediente, antepusieron los intereses económicos a la seguridad estructural del establecimiento y a la vida de sus ocupantes.