La edificación donde funcionó la discoteca Jet Set desde 1994 fue objeto de múltiples intervenciones estructurales y estéticas a lo largo de los años, sin que se completaran evaluaciones técnicas clave que habrían permitido detectar las fallas que provocaron su colapso el pasado 8 de abril, causando la muerte de 235 personas y dejando más de 180 heridos.
Según el expediente presentado por el Ministerio Público, una remodelación general fue realizada en 2010 para adaptar el local, originalmente un cine, a los requerimientos de un centro de recreación nocturna. Las mejoras incluyeron cambios en la infraestructura, climatización y adecuaciones estéticas.
Sin embargo, las autoridades aseguran que ninguna de estas intervenciones fue acompañada de estudios estructurales profundos ni permisos técnicos adecuados.
En 2014, el ingeniero Josemanuel Hernández Coste fue contratado por el arquitecto Oscar Imbert para realizar un levantamiento estructural y ensayos no destructivos en la edificación.
“El objetivo era evaluar la condición del hormigón, acero, columnas, zapatas, vigas y losas. No obstante, el trabajo quedó interrumpido con apenas un 10% de progreso, ya que los responsables de la discoteca no dieron seguimiento a la evaluación”, sostuvo.
“De haberse completado esta inspección, se habría detectado la grave falla estructural que provocó la tragedia”, indica el Ministerio Público.
La falta de interés y el abandono del estudio, afirman los fiscales, evidencia una conducta irresponsable y negligente por parte de los propietarios Antonio y Maribel Espaillat.
En 2015, se realizaron nuevas modificaciones en el local, incluyendo la instalación de un escenario en la parte oeste, zonas VIP en segundo nivel, casetas técnicas y sistemas de iluminación y climatización.
También se añadieron múltiples estructuras sobre el techo del edificio, sin ningún análisis del impacto que estas cargas tendrían sobre la capacidad de soporte de la estructura.
Todos estos antecedentes, señala el expediente, muestran una gestión temeraria y despreocupada por la seguridad, donde se priorizó el funcionamiento comercial por encima de evaluaciones técnicas fundamentales.
“La cadena de omisiones, desde la paralización del levantamiento en 2014 hasta las sobrecargas sin estudio estructural, forma parte de un patrón que terminó en tragedia”, sostiene el Ministerio Público.
Los trabajos realizados en estas instalaciones estuvieron a cargo del ingeniero Rafael Antonio Mejia Mejia, quien, por petición del imputado Antonio Espaillat Lopez, busco personal para labores en paredes, pisos, baños, añadir bares, ebanistería, base de la pista de baile con luces, paneles, soldaduras y construcción de la nueva área de la tarima.
Es en estas labores que el ingeniero Rafael Antonio Mejia Mejia, se enteró que se había quitado una columna en la estructura de la discoteca Jet Set Club, debido a que le fue solicitado un herrero para realizar el pórtico de la nueva tarima.
La solicitud de medida de coerción, sustentada en más de 100 páginas, será conocida por el tribunal en los próximos días. El órgano acusador ha solicitado declarar el caso como complejo, dada la magnitud de las víctimas y la gravedad de los hechos imputados.