Cinco ciudadanos ucranianos, incluidos tres menores, fallecieron tras el impacto de un misil iraní en un edificio residencial en Bat Yam, ciudad costera de Israel, durante los ataques del fin de semana.
El hecho ocurrió en medio de una andanada de misiles lanzada por Irán como respuesta a los bombardeos israelíes sobre su territorio, intensificando el enfrentamiento directo entre ambas naciones.
Las víctimas fueron identificadas como un niño de 10 años, una niña de 8, un joven de 18 y tres mujeres de entre 50 y 80 años. Las autoridades ucranianas están colaborando con Israel para confirmar sus identidades y organizar la repatriación de los cuerpos.
El ataque se enmarca en el mayor intercambio militar abierto entre Irán e Israel en décadas, marcando una escalada alarmante del conflicto regional.
Israel, que asegura haber atacado más de 170 objetivos militares iraníes durante el fin de semana, ha prometido represalias contundentes.
El primer ministro Benjamin Netanyahu visitó el lugar del ataque en Bat Yam y advirtió que Irán “pagará un alto precio” por la muerte de civiles. Mientras tanto, Irán ha habilitado mezquitas y escuelas como refugios y ha amenazado con nuevas ofensivas si persisten las acciones israelíes.
El conflicto ha atraído atención internacional. Estados Unidos se desligó de los ataques israelíes, aunque advirtió que responderá si Irán amenaza sus intereses. Por su parte, Irán canceló las conversaciones nucleares con Washington y acusó a EE. UU. de apoyar a Israel. A esto se sumaron los rebeldes hutíes de Yemen, quienes dijeron haber lanzado misiles hacia Israel en coordinación con Irán.