“Yo me recuerdo mucho grito, mucho auxilio, mucha ayuda… todo oscuro”, expresó entre lágrimas Aracelis Santana, una de las víctimas afectadas por el desplome del techo en la discoteca Jet Set, ocurrido el pasado 8 de abril.
“En ese momento uno no puede ni siquiera dormir en paz, ni estar en paz. Uno lo vive a cada instante de su vida”, confesó Santana, visiblemente afectada por la tragedia que cobró la vida de 235 personas y dejó más de 180 heridos.
Sus palabras reflejan el trauma emocional que aún enfrentan los sobrevivientes, mientras el proceso judicial contra los propietarios del centro nocturno continúa desarrollándose.
El Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional aplazó para el miércoles a las 11:00 de la mañana la audiencia de conocimiento de medida coerción en contra del propietario del Jet Set, Antonio Espaillat, y su hermana Maribel Espaillat.
El aplazamiento busca que las pruebas sean notificadas a las partes, así como las víctimas faltantes puedan querellarse.