El gobierno del presidente Donald Trump ha decidido suspender temporalmente las redadas migratorias en sectores como la agricultura y la hostelería, tras reconocer el impacto negativo de estas medidas en industrias clave y en su base electoral.
La orden fue confirmada por funcionarios estadounidenses y detallada en un correo enviado al ICE.
La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, señaló que se cumplirán las instrucciones del presidente, aunque aclaró que se continuará con la persecución de “los peores delincuentes extranjeros ilegales”.
La decisión busca reducir tensiones políticas de cara a las elecciones legislativas y proteger sectores económicos sensibles que dependen de mano de obra migrante.
Las nuevas directrices llegan en medio de protestas en ciudades como Los Ángeles y después de que Trump admitiera que las redadas estaban perjudicando al sector agrícola, especialmente en estados como California, donde gran parte de los trabajadores son inmigrantes.
Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump ha impulsado una política migratoria más estricta, ordenando incluso 3.000 arrestos diarios por parte del ICE.
Sin embargo, el impacto económico y el descontento social parecen haber forzado al Ejecutivo a recalibrar su estrategia.