El presidente Donald Trump anunció un nuevo acuerdo comercial con China que solo espera la aprobación final de ambos mandatarios, él mismo y Xi Jinping.
El pacto incluiría el suministro anticipado por parte de China de tierras raras e imanes, materiales esenciales para la industria tecnológica y de defensa de EE.UU., a cambio de concesiones como el acceso de estudiantes chinos a universidades estadounidenses.
En el plano arancelario, Trump aseguró que EE.UU. impondrá un 55 % en tarifas a productos chinos, mientras que China aplicará solo un 10 %, sin aclarar plazos ni detalles operativos.
Su anuncio fue publicado horas después de que negociadores de ambas potencias confirmaran en Londres un “acuerdo de principio sobre un marco general” que busca aliviar tensiones tras meses de disputa comercial.
El acuerdo preliminar fue resultado de dos días de conversaciones en la capital británica, donde funcionarios de alto nivel abordaron temas sensibles como las restricciones a las exportaciones de tierras raras y las barreras al ingreso de empresas y estudiantes chinos a EE.UU.
Ambas partes destacaron el tono “profesional y racional” de las conversaciones, expresando su intención de recuperar la confianza mutua.
A pesar del optimismo, aún falta la validación formal del acuerdo. La fecha y el contexto de esta aprobación no han sido definidos, lo que mantiene la expectativa en los mercados, especialmente tras conocerse una caída del 12,7 % en las exportaciones chinas hacia EE.UU. en mayo.
El acuerdo podría marcar un punto de inflexión en una guerra comercial que ha alterado profundamente las relaciones económicas entre ambas naciones.