La fresa es uno de los frutos rojos más populares, porque a su delicioso sabor se añaden sus reconocidas propiedades nutricionales, ya que se trata de una fruta muy rica en antioxidantes, fibra y minerales (magnesio, manganesio, potasio), que aporta flavonoides y vitaminas (C, B2, B3, ácido fólico) y que tiene un bajo contenido en azúcares y calorías, por lo que encajan bien en la mayoría de las dietas. Aproximadamente un 90% de la fresa es agua, y en torno a un 7% son hidratos de carbono (fructosa, glucosa y xilitol).
La temporada de la fresa se extiende de marzo a mayo, mientras que la del fresón –sobre todo si es de invernadero– se amplía de enero a junio. Aunque a todos nos puede gustar sola, bañada con zumos, leche o en batido o smoothies, también puede formar parte de ensaladas o guarniciones.
Además de constituir el tentempié o el postre preferido de muchos, también es un alimento que proporciona múltiples beneficios para la salud. De hecho, algunos estudios ya empiezan a sugerir que el consumo de fresas podría ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares, a potenciar el sistema inmune, a regular los niveles de colesterol en sangre, a mejorar la capacidad neuronal, a disminuir los procesos inflamatorios, e incluso a retrasar los procesos de oxidación, entre otras ventajas.
Beneficios de las fresas sobre la salud mental, ocular y bucal
No todos los beneficios que aportan las fresas son físicos, sino que algunos estudios también relacionan el consumo de fresas con una mejor salud mental, ya que el consumo de esta fruta podría ayudar a retrasar el envejecimiento del cerebro. Concretamente, se ha comprobado que algunos de los componentes de la fresa pueden inhibir el principal estimulador de prostaglandinas inflamatorias (COX-2), asociadas, además de al cáncer y a la enfermedad cardiovascular, al alzhéimer.
Además, la visión o la salud bucodental también pueden sacar partido de las virtudes de este pequeño fruto rojo. Y es que, por su contenido en pigmentos como la luteína y la zeaxantin son interesantes para pacientes con degeneración macular asociada a la edad; mientras que el xilitol ayuda a combatir la placa y proteger el esmalte.