La cifra de muertos a causa de los devastadores incendios forestales que azotan Los Ángeles ha aumentado a 24, según los datos más recientes proporcionados por la Oficina del Médico Forense del Condado. De estas 24 víctimas, 16 perdieron la vida a causa del incendio en Eaton, mientras que el resto falleció debido al fuego que afecta la zona de Palisades.
Hasta el momento, solo dos de las víctimas han sido identificadas públicamente. Se trata de Charles Mortimer, un hombre de 84 años, quien falleció en el incendio de Palisades, y Victor Shaw, un hombre de 66 años, que perdió la vida en el incendio de Eaton. Las autoridades continúan trabajando en la identificación de los demás cuerpos y en la confirmación de los detalles relacionados con las víctimas.
Los bomberos siguen luchando incansablemente contra los incendios que, desde el pasado martes, están arrasando diferentes áreas de Los Ángeles. De todos los incendios activos, el de Palisades es el más grave, con un control de apenas el 11% de su extensión, mientras que el incendio en Eaton se encuentra contenido en un 27%. Ambos continúan avanzando de manera peligrosa, lo que representa una amenaza para las comunidades cercanas.
Por otro lado, el incendio en Hurst muestra una ligera mejoría, alcanzando un control del 89%. Sin embargo, las condiciones climáticas siguen siendo extremadamente difíciles y el riesgo de propagación continúa siendo alto en muchas áreas, lo que mantiene a los equipos de emergencia en constante alerta. Las autoridades locales y los equipos de respuesta siguen trabajando arduamente para contener los fuegos y minimizar los daños, mientras se enfrentan a los desafíos de la sequía prolongada y los vientos fuertes que han dificultado aún más las labores de extinción.
La situación sigue siendo crítica y se recomienda a los residentes de las zonas afectadas mantenerse informados y seguir las indicaciones de evacuación para garantizar su seguridad. El trabajo de los bomberos y equipos de emergencia es vital en estos momentos, pero el apoyo de la comunidad y el cumplimiento de las medidas de prevención son esenciales para frenar la devastación.