El Día de los Santos Inocentes es una fecha profundamente enraizada en la tradición cristiana, pero que con el tiempo se transformó en un día de bromas en muchos países de Occidente.
Este día, celebrado el 28 de diciembre, tiene orígenes bíblicos, históricos y culturales que convergen en una mezcla única de solemnidad y diversión. A continuación, exploraremos el contexto bíblico e histórico de esta fecha, su evolución en la tradición occidental y cómo surgió la costumbre de las bromas.
El origen del Día de los Santos Inocentes se encuentra en un pasaje del Evangelio de Mateo (Mateo 2:16-18). Según este relato, el rey Herodes, al enterarse del nacimiento de Jesús, interpretó que este niño sería una amenaza para su trono. Ante la imposibilidad de localizar al recién nacido Mesías, ordenó la masacre de todos los niños varones menores de dos años en Belén y sus alrededores.
Este trágico evento, conocido como “La Matanza de los Inocentes”, es descrito como el cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento (Jeremías 31:15), en la que se menciona el llanto de Raquel por sus hijos. Aunque no existen registros históricos que corroboren este acto fuera de la Biblia, el relato se mantuvo como un símbolo de la opresión y la injusticia cometida contra los más vulnerables.
Los niños asesinados por orden de Herodes son venerados como mártires en la tradición cristiana, ya que se considera que murieron en el lugar de Cristo. Por ello, la Iglesia Católica los reconoció como los primeros “santos” y crearon un día especial para honrarlos.
El contexto histórico de este relato bíblico se sitúa en el reinado de Herodes el Grande, quien gobernó Judea bajo el Imperio Romano desde el 37 aC hasta su muerte en el 4 aC. Herodes es conocido por su paranoia y crueldad, características que lo llevaron a ordenar la ejecución de varios miembros de su propia familia, incluidos su esposa Mariamna y sus hijos Alejandro y Aristóbulo.
La historicidad de la Matanza de los Inocentes ha sido objeto de debate entre los estudiosos. Flavio Josefo, historiador judío contemporáneo de los hechos, no menciona este evento en sus escritos, a pesar de detallar otras atrocidades cometidas por Herodes. Algunos argumentan que la falta de registros externos podría deberse a que el número de niños asesinados en Belén, un pequeño pueblo, pudo ser relativamente reducido y, por tanto, no considerado significativo en los anales históricos. No existen evidencias históricas o arqueológicas que confirmen la existencia de un lugar específico donde estén sepultados los cuerpos de los Santos Inocentes mencionados en el relato bíblico de Mateo 2:16-18. Esto se debe a varios factores:
Herodes es recordado por su paranoia y crueldad, características que lo llevaron a ordenar la ejecución de varios miembros de su propia familia
1. Falta de registros históricos externos: La Matanza de los Inocentes no está documentada fuera de los Evangelios, y no hay referencias en crónicas contemporáneas como las de Flavio Josefo. Por tanto, no hay evidencia que permita localizar un lugar de enterramiento.
2. Naturaleza simbólica del relato: Para muchos estudiosos, el relato de Mateo tiene un carácter teológico y simbólico más que histórico, lo que lo convierte en un evento difícil de rastrear en términos arqueológicos.
3. Prácticas funerarias de la época: En el caso de niños pequeños o infantes, los enterramientos en la Judea del siglo I generalmente se realizaban en espacios familiares o en lugares humildes, sin monumentos que hayan sobrevivido al tiempo.
Aunque no se ha identificado un sitio histórico como lugar de sepultura de los Santos Inocentes, en algunas tradiciones cristianas se han venerado reliquias atribuidas a estos niños:
Basílica de San Pablo Extramuros (Roma): Se dice que en esta iglesia se conservan reliquias atribuidas a los Santos Inocentes, aunque su autenticidad no ha sido confirmada. Otros sitios en Europa: En varias iglesias, especialmente en Italia, se encuentran reliquias que la tradición local atribuye a los Santos Inocentes, aunque es más probable que estas reliquias sean restos de niños desconocidos de la Edad Media.