En Kfar Saba hay calma, sin embargo se percibe una sensación de tensión ante una posible respuesta del grupo terrorista Hezbollah ante los últimos acontecimientos, donde se menciona a Israel directamente como protagonista de las explosiones en cadena.
No obstante, las autoridades israelíes han guardado silencio sobre la audaz operación de inteligencia que el martes mató a 12 personas e hirió a miles de agentes de Hezbollah.
Aunque Israel nunca ha confirmado su participación, se informó que la Unidad 8.200 estuvo involucrada en el ataque Stuxnet que desactivó las centrifugadoras nucleares iraníes, así como en una serie de otras operaciones de alto perfil fuera de Israel.
Al menos nueve personas murieron ayer y unas 2.750 resultaron heridas, unas 200 de ellas de gravedad, por la explosión en cadena de localizadores de mensajería que estaban en manos de miembros de Hezbollah en varios puntos del Líbano.