Haití, un país con el 80 % de su territorio ocupado por bandas y con solo 2.000 policías para recuperar el orden, no podrá salir de su crisis de seguridad e inestabilidad sin el fortalecimiento de su fuerza policial y el entendimiento con la Comunidad del Caribe (Caricom) y EE.UU., coincidieron este viernes en Miami varios expertos.
Sin la ayuda a la Policía Nacional y el Ejército en las tareas de seguridad “no podremos restablecer el Estado de derecho” en el país, dijo Leslie Voltaire, miembro del Consejo Presidencial de Haití, en una sesión de la Conferencia de Seguridad Hemisférica (HSC), impulsada por la Florida International University (FIU).
Voltaire expuso por videoconferencia los enormes desafíos que enfrenta Haití, con grandes zonas del país sin electricidad, agua ni servicios y las escasas fuerzas del orden viviendo en “condiciones infrahumanas».
Mostró, no obstante, su esperanza en que la elección el 30 de abril pasado de un nuevo primer ministro, Fritz Bélizaire, en sustitución de Ariel Henry, y de Edgard Leblanc Fils al frente del Consejo Presidencial para la Transición imprima estabilidad al proceso de recuperación del orden y la democracia.
El país caribeño, que afronta una tasa de inflación de 50 % y desde hace 8 años no ha convocado elecciones presidenciales, vive sumido en una aguda crisis y en medio de la violencia de las poderosas bandas armadas.
Esta institución tiene que preparar el camino para la celebración de comicios para el nombramiento de un nuevo presidente, a más tardar el 7 de febrero de 2026, pero estas elecciones, aseguró Voltaire, “no son factibles con 300 partidos políticos” en liza.
“Sería una catástrofe unos comicios con 300 candidatos. Hay que reducir a 12 o así el número”, precisó el político haitiano, quien se quejó de que las promesas de ayuda económica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) nunca llegaron a concretarse.
Advirtió de que la misión multinacional militar con efectivos del Caricom y dirigida por Kenia no podrá afianzar la seguridad en Haití “sin puestos de trabajo, sin economía ni servicios ni recuperación del sector agrícola». Luces y sombras de la misión multinacional.
Prosperé Charles, profesor de la Tuskegee University, se mostró crítico con el despliegue de la misión multinacional, que pone en evidencia la “destrucción del Ejército haitiano” y la escasa capacidad de la Policía, con solo 2.000 agentes del orden, para defender el 20 % libre del imperio de las bandas armadas.
“Estados Unidos ha evitado que Haití tenga armas y municiones”, se quejó Charles, para indicar a continuación que la entrada de una fuerza multinacional significa “nuestro fracaso como nación».
Criticó la “falta de transparencia” en el despliegue y en la llegada de aeroplanos procedentes de Estados Unidos. “La Policía de Haití no sabe lo que está pasando.
Haití ha sido puesto en el patio trasero, sin consultarle”, acotó.
Denunciaron los ponentes que las bandas armadas han reclutado a niños y adolescentes que han matado, secuestrado y saqueado para conseguir alimentos.
Para combatir con éxito esta crisis en la que están implicadas pandillas y grupos armados, resulta clave la convergencia de Caricom, que “Haití se convierta en una de sus prioridades”, dijo, por su parte, Wazim Mowla, del Atlantic Council.
“Haití tiene que ser prioridad entre los líderes del Caricom y en su relación con EE.UU. y Canadá. Debe ver su potencial como parte de la comunidad”, afirmó Mowla.
El evento de dos días de la HSC, que concluye hoy y es organizado por el Instituto Jack D.
Gordon de Políticas Públicas de la FIU, celebra su novena edición centrado en los desafíos en materia de seguridad en el hemisferio occidental.