Francia se encuentra sumergida en un mar de protestas. Miles de manifestantes de la Ciudad de la Luz, que recibió en el año 2022, unos 34.5 millones de turistas, se encuentra con sus calles repletas de desechos sólidos.
Esto ocurre como consecuencia del descontento que presentan los sindicatos a la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron.
Según sondeos locales, dos de cada tres franceses, se opone al proyecto que busca retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años de edad para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa.
A orillas del río Sena, los desechos obstaculizan la vista de Notre Dame. De vacaciones en París, miles de turistas se hallan así inmersos en el conflicto social francés.
“Evidentemente, no es lo mejor para los turistas extranjeros”, reconoce Jean-François Rial, el presidente de la Oficina de Turismo y de Congresos de París, pero “no dañará la imagen” de la ciudad.