Cada 11 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, una enfermedad frecuente entre los hombres y que suele no presentar síntomas en sus primeras etapas.
La próstata, una glándula ubicada debajo de la vejiga y parte del sistema reproductor masculino, puede desarrollar células anómalas cuya detección temprana es clave para un tratamiento efectivo.
La evaluación médica incluye análisis de sangre, estudios por imágenes y, si es necesario, biopsias.
Los avances tecnológicos han permitido que la inteligencia artificial (IA) juegue un rol fundamental en el diagnóstico, especialmente al analizar imágenes de resonancias multiparamétricas.
Esta tecnología ayuda a identificar con mayor precisión lesiones sospechosas, reduciendo la necesidad de procedimientos invasivos como biopsias innecesarias, que podrían generar complicaciones.
Aunque la IA es una herramienta valiosa, los médicos aclaran que no reemplaza la evaluación clínica. Su función es asistir al equipo interdisciplinario, que incluye urólogos, oncólogos, radiólogos y gerontólogos, brindando apoyo en la toma de decisiones y ayudando a localizar los focos tumorales más agresivos, especialmente en próstatas grandes o en pacientes mayores, donde el diagnóstico suele ser más complejo.
El uso de vigilancia activa ha crecido significativamente en pacientes con tumores de bajo riesgo, permitiendo evitar tratamientos excesivos y mejorar la calidad de vida. Detectado a tiempo, el cáncer de próstata tiene altas tasas de curación.
Por eso, los expertos recomiendan iniciar controles a partir de los 50 años o antes si hay antecedentes familiares, usando tecnología de punta para personalizar cada caso y garantizar un abordaje más seguro y eficiente.