A 10 meses de la muerte inesperada del joven Ismael Ureña, residente de Los Prados de San Luis, sus padres aún conservan parte del equipo deportivo que usaba para forjar un sueño: ser pelotero profesional.
Ismael Ureña soñaba con ser jugador de Grandes Ligas, pero ese anhelo fue tronchado en un abrir y cerrar de ojos. En el año 2024, luego que presuntamente le suministraran un sustancia que se utiliza para rendimiento de caballos.
Su familia en medio del dolor y la desesperación exigen que caiga todo el peso de la ley contra el manager Jordy Cabrera, acusado de suministrar el medicamento al adolescente de 14 años.
Este medio intentó hablar con sus hermanos, pero se negaron por temor a represalias.